Mi yo adolescente creció metido en un armario, convencido de que Clive Barker era la única persona abiertamente gay dedicada a mi género favorito: el terror. Por suerte, estaba equivocado: la presencia de personajes LGTBIQ+ en el cine fantástico ha sido una constante a lo largo de su historia y no ha hecho sino aumentar en las últimas décadas. Además de formar parte del imaginario colectivo, monstruos cinematográficos procedentes de la literatura gótica —como Drácula, la criatura de Frankenstein o Mr. Hyde— fueron de los primeros ejemplos de representaciones queer en la gran pantalla, ligadas siempre a lo diferente, a lo raro y a todo aquello que desafiaba lo heteronormativo.

Del predominio de clichés negativos —lesbianas con tendencias psicopáticas, vampiras bisexuales sanguinarias, asesinos travestidos, y un largo etcétera— a la progresiva aceptación de la diversidad, Scream Queer propone un amplio recorrido por la evolución de la representación LGTBIQ+ en el género fantástico a través del análisis de cientos de películas. De paso, exorciza traumas y cuenta las vivencias personales que han marcado a quien escribe: un marica obsesionado con el cine de terror.